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Un laberinto de causas detrás del aumento de casos de sífilis

La sociedad evolucionó y trajo consigo innumerables cambios; las tecnologías crecieron a pasos agigantados, la ciencia se adaptó a estas mejoras para perfeccionarse. Áreas como la medicina no se quedaron atrás, que desde inicios de siglo produjo avances aceleradamente. El mundo sigue transformándose día a día, pero hay algo que aún perjudica este progreso: los prejuicios. 


Actualmente las infecciones de transmisión sexual (ITS) representan una preocupación a nivel global y deberían interpelar a todos, ya que nos afectan sin importar género, edad u orientación sexual. Estas enfermedades no discriminan a sus víctimas. Sin embargo, los tabúes invisibilizan lo que sucede, las ITS se propagan a lo largo y ancho de nuestro país, no cesan.


La sífilis, descubierta por primera vez en 1546 por el médico italiano Girolamo Fracastoro, ha mostrado un preocupante incremento mundial en los últimos años, especialmente entre hombres que tienen sexo con hombres, según la OMS. En Buenos Aires, la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya) ha registrado la mayor incidencia de casos desde 2016 hasta 2023. A pesar de las medidas progresivas en Salud Sexual y Reproductiva, los casos positivos muestran un aumento, evidenciando deficiencias en la aplicación y alcance de estas políticas.


La encuesta nacional realizada por Fundación Huésped reveló que ocho de cada diez estudiantes y egresados consideran que la ESI no se aplica adecuadamente en las escuelas. Esta percepción negativa se ve respaldada por la falta de tiempo dedicado a la enseñanza de la ESI y la resistencia encontrada tanto en algunos sectores del Ministerio de Educación como en familias y personal directivo de las escuelas.


El aumento de casos de sífilis es multicausal. Incluye tanto la falta de uso de preservativos, la carencia de educación, el surgimiento de métodos anticonceptivos que instalaron una falsa creencia de “protección”, el desconocimiento de métodos de barrera nuevos como el campo de látex, la falta de capacitación del personal del salud en hospitales y educadores en escuelas y la deficiencia en la utilización de preservativos durante las prácticas de sexo oral. Así mismo, los especialistas del tema resaltan la falta de conciencia que existe alrededor de la enfermedad. Una gran porción de la población no se autopercibe capaz de contraer la sífilis, lo que los lleva a asumir un rol descuidado a la hora de entablar relaciones sexuales.

¿Qué pasa en los hospitales públicos?

Oradores

El área de infectología se encarga de atender y hacer un seguimiento de pacientes con diversas enfermedades infecciosas, entre ellas; ITS. Suele ser poca la cantidad de especialistas que dispone este sector. Por ende los pacientes deben esperar largos plazos para obtener una consulta médica. “Para conseguir un turno en un hospital público hay que esperar como mínimo 2 meses.”, expresó uno de los cuatro infectólogos del Hospital Rivadavia y coordinador de la Red de Infectología de CABA.


Para la detección de infecciones de transmisión sexual es necesario que infectología trabaje en conjunto con diversos profesionales de la salud (dermatólogos, traumatólogos, entre otros), ya que los síntomas involucran a más de una rama de la medicina. Este proceso puede resultar engorroso; ya sea por la estructura del sistema de salud, donde no hay un departamento específico que trate afecciones sexuales, o porque el personal no se encuentra instruido para reconocer las manifestaciones de la sífilis. Entonces, no solo hay demora para conseguir un turno, sino que muchas veces los médicos no solicitan la VDRL (test de sífilis). Los infectólogos tienen que recordar y reclamar continuamente a sus colegas que pidan este estudio a los pacientes.


El Doctor Martin Hojman, jefe de la unidad de infectología y especialista en ETS del Hospital General de Agudos B. Rivadavia, aseguró que el personal de salud del hospital no se encuentra realmente capacitado: “No crean que los médicos no estigmatizamos (...) Nosotros (los médicos) somos gente que sabemos mucho de nuestra especialidad, pero tal vez no sabemos mucho de las demás. Y hay gente que es muy cerrada. Entonces, diría que también falta educación dentro del sistema de salud.” Haciendo énfasis en la importancia de una formación transversal en los médicos para poder atender las distintas sintomatologías que se presenten.


La antítesis de esta falla organizativa en el sistema de salud es el caso del Hospital Muñiz, especializado en enfermedades infecciosas, donde se atienden 300 personas y se hacen 85 tratamientos por mes. El consultorio de ETS, que está dentro del servicio de dermatología, dedica particular atención a esta problemática. Se creó en 1935 con la crisis del VIH para tratar de manera eficiente estos casos y continúa en funcionamiento hasta el día de hoy.

Los hospitales públicos de CABA deben disponer de preservativos gratis y realizar test de VIH y sífilis. Pero los pacientes desconocen de estos servicios. No hay suficiente difusión por parte del Ministerio de Salud, que no comunica sus políticas para que sean completamente efectivas. Incluso sucede que los preservativos no están del todo accesibles ni a la vista y las canastas están vacías o con pocas reservas. Los médicos explicaron que esto último se debe a cuestiones organizativas, administrativas y burocráticas.

El preservativo

Los expertos aseguran que una de las causas del aumento de casos es que cayeron en desuso los métodos de barrera, los únicos que previenen las infecciones de transmisión sexual. Esto se debe a más de un factor. Si bien la cuestión económica es un hecho, los preservativos están más caros que antes y podrían generar un costo, lo que afecta realmente es la baja percepción de riesgo. Las personas no toman consciencia de la magnitud que tiene la sífilis actualmente.


La Doctora Patricia Fernández Pardal, médica dermatóloga encargada del consultorio de ITS del servicio de dermatología del Hospital Muñiz, remarcó que “en general las personas saben de la importancia del preservativo y no lo usan porque se confían”.


Los pacientes cuando su médico le da el diagnóstico de sífilis positiva se asombran, no pueden creer que portan la enfermedad. Piensan que ya no existe, como si luego del impacto de casos de sida, no tuvieran que preocuparse. El estigma les hace suponer que le sucede a otras personas. Tal vez solo a hombres jóvenes de determinada edad y estrato social, y no es excluyente. Sienten vergüenza de notificar a sus contactos sexuales, que también tienen que hacer el tratamiento porque pueden estar en período de incubación.


Al desconocimiento se lo ataca con educación. La ausencia de programas integrales que instruyan con información y herramientas que se amolden al contexto actual es evidente. Hay nuevos métodos de barrera como el campo de látex y el preservativo femenino que no se extendieron a la sociedad. Incluso el surgimiento de métodos anticonceptivos innovadores provocaron, en parte, que se dejara de utilizar otros más clásicos (el preservativo). Sin embargo uno no reemplaza al otro.


Por eso es fundamental que quienes dictan cursos y dirigen espacios en relación a la ESI, sean educadores o no, estén capacitados. Así se podrá correr el tabú a un lado y tratar los temas de la manera correspondiente.

Lo que no se nombra no existe

Tal como se mencionó previamente, es llamativo el desconocimiento generalizado que hay sobre la problemática. No se ve como una amenaza. Aunque haya un exceso de información en internet y redes sociales, siguen habiendo muchas cosas que no se permiten nombrar.


Sofía Stanley, enfermera docente y tiktoker, utiliza las redes como un medio para comunicar sobre sexualidad a adolescentes. En este afán de llevar su profesión al plano virtual se topó con ciertos obstáculos. Uno fue la censura. Notó que varios de sus videos habían sido cancelados y borrados por la aplicación por contenido inapropiado. Luego descubrió en todos ellos un factor común: había dicho la palabra preservativo. Desde ese momento reemplaza esta palabra por otras como globito, y dejó de tener este tipo de problema.


¿Los límites que se ponen en redes expresarán de cierto modo el miedo que tiene la sociedad de hablar de algunos temas?


Todavía los colegios toman diversas formas de aplicar la ESI. Y los profesores tampoco saben cómo llevarla a las aulas didáctica y apropiadamente. Hasta hay escuelas que deciden no dictar las jornadas pertinentes debido a creencias y juicios de los padres. Cabe destacar la funcionalidad comprobada que ha tenido la educación sexual en abuso sexual de menores de edad.

La epidemia silenciosa se detiene afrontando el estigma

La semilla del estigma social fue implantada hace años. No obstante, el abordaje de las medidas públicas no hacen más que dejarla florecer.


Si bien las políticas públicas no son el problema, el problema si está en la difusión y promoción de las mismas. Los ciudadanos no saben del aumento de casos de sífilis en CABA, ni tampoco de los preservativos gratis ni testeos de sífilis en los hospitales públicos. Una vez que se haga conciencia de la problemática las prioridades de los hospitales y la actitud y preocupación de la gente va a cambiar.


Del mismo modo, hoy se invierte mucho dinero de salud en el tratamiento de las ITS, el cual es bastante más costoso que el que podría destinarse para su prevención. Esto refiere a campañas de comunicación desde el Ministerio de Salud en sexualidad, que destaquen la importancia de los métodos de barrera. Otro ejemplo en el que se prioriza la prevención por sobre el tratamiento que se realiza al contraer la sífilis es el método PREP. Si bien no es tan económico, es conveniente porque cumple la función de proteger a la población.


Además el estigma inhibe a las personas a la hora de buscar atención médica o hablar abiertamente sobre sus síntomas, lo que dificulta la detección temprana y el tratamiento adecuado. “Quiero recalcar que las infecciones de transmisión sexual no siempre dan síntomas. Por eso es importante (...) hacerse los estudios una vez al año”, Doctora Patricia Fernández Pardal.


Por lo tanto el aumento de casos de sífilis en CABA requiere un enfoque integral que aborde las deficiencias en la educación y difusión sobre prevención, mejore el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, desafíe el estigma social asociado con la enfermedad y garantice una capacitación adecuada del personal sanitario y profesionales de la educación. Esto implica campañas de concientización, políticas de salud pública que faciliten el acceso a los métodos preventivos y a la atención médica, así como esfuerzos para promover una mayor comprensión de las ITS en la sociedad.

Conoce a las investigadoras

Anabella Kenny

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Estudiante de Comunicación Social UADE

Catalina Reggiani

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Estudiante de Comunicación Social UADE

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