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El vacío detrás de la sífilis
Anabella Kenny
“La verdad no sé muy bien qué es”, “Está más si contesto que no sé qué es?”, “Si
tomas pastillas ya estás protegido”. Estas son algunas de las respuestas más
frecuentes que recibimos al momento de salir a la calle a preguntar qué es la sífilis. La realidad es que la sífilis es una enfermedad que se describió en el año en el año 1905. Casi 120 años después y está enfermedad, gracias a los avances
tecnológicos y la medicina, a dejado de ser mortal y su tratamiento es doloroso pero efectivo, lo que si no ha cambiado es la falta de educación que existe alrededor de la misma, y consecuentemente su estigma.
La sífilis es una infección que se transmite durante el acto sexual por el contacto de flujos corporales. Los síntomas incluyen úlceras o lesiones de color gris en las
partes íntimas, ronchas esparcidas por el cuerpo, caída de pelo, fiebre, inflamación de ganglios linfáticos, entre otras. Sin embargo, ¿dónde se enseñan los síntomas de la sífilis?. Y más importante, ¿cómo se previene el contagio? Estas preguntas se repetían mientras pasaban los minutos con los entrevistados. La mayoría de los estudiantes universitarios desconocían la larga lista de síntomas que podía presentar la enfermedad. Les parecía una enfermedad lejana a ellos, les resultaba difícil pensar que podían contraerla. Sobre los métodos de barrera solo se mencionó el preservativo pero en el caso de las relaciones entre mujeres? La palabra “campo de látex” no surgió en ninguna de las charlas. Este concepto nos lo presentó la doctora Patricia Fernández Pardal, Jefa del departamento de ITS del Hospital Muñiz. Asegura que este método no es muy conocido pero si obligatorio para evitar el contagio. Afuera de su oficina tiene un gráfico de cómo armarlo paso a paso y comentó que en otros países más desarrollados los entregan de manera gratuita ya cortados. También explicó que otro contagio muy común es a la hora de practicar sexo oral donde no se suele utilizar preservativo y resulta fundamental.
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La doctora asegura que es necesario realizarse estudios de sangre con frecuencia para asegurarnos no haber contraído o poseer la enfermedad y recalca el uso de métodos de barrera a la hora de mantener relaciones.